Por primera vez desde 2019, el riesgo país de Argentina baja de los 1.000 puntos básicos, situándose en 995. Este hito histórico refleja un impulso positivo tras los recientes anuncios de Luis Caputo, ministro de Economía, quien generó expectativas de estabilidad fiscal en el mercado. La caída marca un momento clave para la economía argentina, sugiriendo una mejora en la percepción de riesgo por parte de los inversores y abriendo el debate sobre la confianza internacional en el país.
El optimismo también está ligado a los acuerdos recientes que el gobierno alcanzó con organismos internacionales, disminuyendo la presión sobre los próximos vencimientos de deuda soberana. Estos respaldos, junto al compromiso del gobierno de Javier Milei con el superávit fiscal, crean una base de estabilidad que podría fortalecer la recuperación económica y los activos nacionales a largo plazo.
A su vez, los bonos soberanos argentinos en dólares han registrado alzas en Wall Street, alcanzando sus niveles más altos desde 2020. Esta respuesta del mercado indica una revalorización de los activos nacionales, impulsada tanto por los planes de estabilidad como por el apoyo externo. Con esta conjunción de factores, Argentina podría estar entrando en una nueva etapa de recuperación y competitividad en el escenario global. ¿Será este el cambio sostenible que el país necesita para atraer más inversión?